Los principios rectores de Naciones Unidas sobre las empresas y los DEREC

En 2005, el entonces Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, nombró un profesor de Harvard, John Ruggie, como su Representante Especial sobre Empresas y Derechos Humanos para identificar y aclarar las normas de responsabilidad y rendición de cuentas de los estados y las empresas en todas las regiones del mundo.

Después de un proceso global de consultas y negociaciones de seis años, los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos (PRNU) se respaldaron por unanimidad por parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2011.

Los PRNU recibieron un amplio apoyo de organizaciones no gubernamentales y empresas por igual, convirtiéndose en el estándar global fidedigno sobre la conducta empresarial en relación con los derechos humanos. 

En resumen, los PRNU crean un lenguaje común para hablar sobre los roles de los estados y las empresas cuando se trata de los impactos negativos que pueden generar en las personas debido a las actividades comerciales.

Los Principios Rectores de Naciones Unidas establecen expectativas para los estados y las empresas sobre cómo prevenir y abordar los impactos negativos de las empresas en los derechos humanos. Se aplican a todos los estados y a todas las empresas del mundo y hoy en día están siendo implementados por empresas, gobiernos y otras partes interesadas en todos los continentes.

Aunque se trata de una norma no vinculante, los PRNU se basan en las obligaciones y prácticas existentes de los estados y las empresas. No deben entenderse como la creación de nuevas obligaciones de derecho internacional, más bien, gran parte de su contenido, en lo que se refiere a los estados, se basa en los compromisos jurídicos existentes de los estados en virtud del derecho internacional.

Los PRNU se han reflejado en: